El romanticismo en la literatura yucateca alcanzó a
desplegar de modo más pleno sus realizaciones tanto en la narrativa histórica
como en la poesía. Wenceslao Alpuche escribió poemas inflados de
romanticismo patriótico. Luego, Justo Sierra O´Reilly, Eligio Ancona, José Peón
Contreras y Justo Sierra Méndez, ilustraron el paisaje literario en términos
genéricos, dada su presencia y autoridad en la escena y el debate filosófico,
cultural y político de la época.
Justo Sierra O´Reilly (1814-1861), político, jurista,
novelista, ensayista, historiador, periodista y traductor, ha sido uno de los
hombres más fecundos en la historia cultural. Fundador de periódicos (El Museo
Yucateco, El Registro Yucateco, El Fénix, La Unión Liberal), fue
además, el iniciador de la novela histórica en México. La Hija del Judío es
un ejemplo de obra que pinta las intrigas y los sobresaltos de la época
colonial.
Vicente Calero Quintana (1817-1853), poeta, ensayista y
erudito. Fue de los primeros en dar a conocer con sus reseñas, artículos y
ensayos, las novedades literarias que por ese entonces se publicaban en Europa.
Sus reflexiones sobre literatura y teatro son de índole universal, raras en una
época donde lo regional siempre había prevalecido. Fue uno de los primeros
críticos de relevancia en México.
Uno de los hombres que más se preocupaba por establecer el
vínculo entre lo indígena y lo español, resguardando y rescatando la historia
de Yucatán fue el obispo Crescencio Carrillo y Ancona (1837-1897); fue
un polígrafo destacado en su época. Su obra es un rescate del pasado indígena
del Estado.
José Peón Contreras (1843-1907), poeta y dramaturgo,
renovador del teatro nacional, escribió 25 obras de teatro, entre otros poemas
y novelas, sin contar los numerosos trabajos publicados en medios. Arraigado en
el romanticismo de finales del siglo XIX, en algunas obras se percibe el
realismo que ya empezaba a trasplantarse en la cultura mexicana de esos días.
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