miércoles, 27 de mayo de 2015

La Colonia



En la época de la Colonia, desde el año 1542 hasta la segunda decena del siglo XIX, casi no existieron obras literarias. El fanatismo evangelizador provoco que se quemaran ídolos, se destruyeran códices, se mutilaran tradiciones. En Yucatán, el obispo Fray Diego de Landa arrasó en 1562, con parte de la memoria cultural del pueblo durante el llamado “Auto de Fe de Maní”. Años después, arrepentido, trató de rescatar para la posteridad lo poco que su memoria y mirada pudo recordar. Así, escribió la llamada “Relación de las cosas de Yucatán”.
Algunos indígenas alfabetizados se preocuparon por conservar elementos significativos de sus comunidades. Nakuk Pech, escribió la crónica de “Chac Xulub Chen” en 1562. Gaspar Antonio Xiu, quien hablaba español y latín, escribió en 1579 sobre las costumbres de los indígenas y un vocabulario en lengua maya. Gaspar de Nájera elaboró una curiosa relación de las antigüedades de Yucatán.
Otros como Fray Antonio de Ciudad Real, Alonso de Solana, Juan de Acevedo, Francisco Torralba, Pedro Sánchez de Aguilar, escribieron devocionarios, sermonarios, catecismos, informes, vocabularios, diccionarios y obras diversas, que deben verse como parte de una concepción temprana de la literatura. En esa época, no había imprenta en Yucatán y para publicar, como en todo el ámbito colonial, estos frailes y clérigos debían someterse a la aprobación oficial de los órganos eclesiásticos y civiles.
Así mismo, los escritores se limitaban a leer sus trabajos manuscritos frente a sus amigos, destruyendo luego sus composiciones, ya que la literatura era temida como propagadora de ideas. Sin embargo se conservan algunos versos del Padre Gregorio Maldonado y Fray Lucas de Arellano, así como una serie de décimas escritas en recriminación a Jacinto Canek, mismas que surgieron a raíz de la sublevación de Kisteil, y un curioso testamento en verso del padre Lorenzo Mateo Caldera.





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